El Buona Vita atrae desde el primer momento. Grande, moderno, decorado con un gusto exquisito y al mínimo detalle, lleno de gente joven y de universitarios. Su variedad de bebidas es asombrosa, sobre todo de bebidas alcohólicas y de aquellas que las acompañan. No he visto muchos bares con tanta variedad de tónica, ¡así que es el paraíso para los amantes del Gin Tonic y de los Cocktails!
En su página web podéis encontrar lo especializados que están en todo tipo de cóckteles, habiendo incluso ganado premios por ello:
Las instalaciones que tienen ganan por goleada a cualquiera de las de los bares de alrededor, en este sentido no tienen rival. Sus grandes pantallas son el reclamo perfecto para los amantes del fútbol. La barra es muy larga y ancha, perfecta si tienes que dejar la carpeta y demás enseres que portes. Tienen ganchos distribuidos debajo de la misma para colgar el abrigo o el bolso, si sois chicas sabréis lo mucho que se agradecen ¿verdad? Tenemos sofás junto a las paredes y taburetes rodeando mesitas de café de no más de 50 cm. No está mal, sin embargo….
Nunca me había parado a pensar que podría salir cansada de un bar en el que ni siquiera he tenido que estar de pie. Si te gusta mantener una conversación y te reúnes con más de 3 personas en una de las mesas te aseguro que terminarás con un dolor de espalda importante. Se echa de menos alguna mesa normal con sillas normales. No por ello le quito méritos al hecho de que tal y como está queda precioso, pero desde luego incómodo es un rato.
Llegados a este punto, y por si os lo estáis preguntando, lo confirmo: no me gusta este sitio como bar universitario (aunque no sea ese el propósito del mismo, la cercanía con las facultades hace inevitable que lo ubique en esta colección de críticas). Ya saqué en él la cabra a pasear hace mucho tiempo… ¿Por qué? No son pocas las razones que dan respuesta a esa frase…
El café es espantoso, aguado, de sabor imposible. Es tan malo que en ocasiones sienta mal provocando dolor de estómago. No sé cómo se lo montan para hacerlo tan malo… tiene que ser hasta difícil. En serio, parece agua de fregar, yo no lo recomiendo para nada.
Se echa de menos un poco de variedad en comida, si tienes hambre a media mañana sólo puedes esperar que tengan pincho de tortilla. O eso creo, pues tampoco existe un cartel o una carta de aperitivos. Esa ausencia de información no ayuda a que mi opinión sea positiva.
Qué decir de los precios… Yo comprendo que mantener esa estética piji-flowerpower no puede ser barato, pero teniendo en cuenta que está junto a la universidad y que sus precios son más semejantes a los de los bares del centro… es un establecimiento caro. ¡Ojo! Es caro comparado con los precios de la zona, pero no por ello tienen precios desorbitados.
Si el trato fuese excepcional podría aprobar el sitio, pero se limitan a servirte, cobrarte y punto. La poca soltura tras la barra resulta bastante dañina para la imagen del establecimiento. ¿Creéis que es un aspecto irrelevante? Os aseguro que esto puede suponer inconvenientes que van desde no dejar huella en un cliente (que fácilmente será captado por la competencia), hasta arruinar la impresión que el cliente de un lugar.
Hay algo que no termina de encajarme aquí, y es que es un bar de copas que funciona habitualmente como cafetería. Me gusta la polivalencia, pero que pongan Chill Out a las 11 de la mañana no pega, por muy tranquilito que sea ese estilo de música, le pegaría más a media noche de un día de diario. Si este bar estuviese en pleno centro, los fines de semana sería un lugar fantástico. Estando donde está y con el rollo que tienen, se queda en un bar normalito desde el punto de vista universitario, que no es otro que hacer una pausa de media mañana.
Como conclusión final no me gusta, sin embargo tengo que decir que tras navegar por su página web me han entrado muchísimas ganas de ir a tomar unos cockteles, así que si en algún momento me animo ya os contaré mis impresiones en otra entrada =)
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