viernes, 22 de julio de 2011

Cervecería 100 Montaditos

Los 100 montaditos es una franquicia de cervecerías que he visto en varios lugares de España.

  En Valladolid lleva ya mucho tiempo en el C.C. Vallsur, y desde un principio supuso un soplo de aire fresco a las típicas opciones de hamburguesería, baguetería, pizzería o kebab.


a) El pedido:

El pedido lo tienes que escribir tú en una hoja especialmente dispuesta para ello en las mesas. Una vez completada se entrega en caja, se paga y al cabo de unos 10-15 minutos (según lo que pidas) te llaman por megafonía para pasar a recogerlo.

Al principio las hojas en que anotabas lo que querías eran mejores. Cada una era como una carta con todos los tipos de montaditos y bebidas, y simplemente había que tachar o bien anotar el número de montaditos junto a su nombre.

Ahora existe una carta plastificada y una libreta en la que escribes los números de los montaditos. Imagino que con esta medida han ahorrado muchísimo en tinta, pero la verdad es que cuando llevas apuntados más de 5 y quieres hacer el recuento de lo que has pedido es un auténtico caos de números, nombres e ingredientes. Pero bueno, prestando un poco de atención tampoco supone mayor problema. Los montaditos oscilan entre 1€ y 2€... y eso resulta muy atractivo a la vista sin pararse a razonar un poco. Seguimos.

b) Llegan los montaditos.

Te llaman por megafonía, recoges los montaditos y... ¡es imposible llegar a la mesa sin tener la mano pringada de grasa! Siempre se sale algo de los montaditos que llevan anchoas o atún. En el mismo plato en que te dan los montaditos te ponen patatas fritas. Al principio te ponían un montón, pero ahora te ponen cuatro, y si quieres más, a pagar. Cuando estás ante los montaditos lo mejor es comer y punto. Pararse a pensar en que dos euros es lo que te cuesta un bocadillo de media barra con el cual cenas tres veces en cualquier bar de barrio no es lo más idóneo. Por otro lado, lo único que comes es pan y más pan. Los rellenan lo justo para tapar la sección cortada del panecillo. Una vez me pedi uno de ensaladilla rusa y había mayonesa, tres guisantes y un poquitin de atún. Tengo que decir a favor que tienen ingredientes de muy buena calidad. En poca cantidad, sí, pero bueno... no se puede tener todo.

Y es que los montaditos son lo que son. Pan con sabor. No merece la pena pagar todo eso para terminar comiendo pan... salvo que...

c) Sea miércoles!

Los miércoles son los días de todo a 1€. Todos los montaditos a 1€, todas las bebidas a 1€ y las ensaladas a 2€ (habitualmente son a 3,90 así que es genial). Por lo general cualquier miércoles está eso lleno de gente, con una cola de al menos 10 minutos y esperando a que preparen el pedido como mínimo 20 minutos. Lo cual es normal, quien no quiera aguantar eso que vaya otro día, será más caro, pero no tendrá que aguantar gente, niños ni colas. ¡Si es que todo tiene un precio!

A pesar de ser más barato el producto sigue siendo el mismo. Evidentemente, menos de lo que ya ponen no pueden poner. Las jarras de cerveza son una pasada, y también valen 1€ (de hecho esto es todos los días). Lo más normal es llegar y que no haya mesas libres o que las que haya libres estén llenas de grasa, papeles, jarras y platos. Tardan un poco en recoger cada mesa que queda libre, pero teniendo en cuenta el jaleo que hay es comprensible.

d) En conclusión:

Es un sitio que es lo que es y no tiene vuelta de hoja. No vas a comer del todo bien ni barato para lo que te dan, pero es una opción más sana y asequible que muchas otras de las que hay alrededor. Con poco dinero sales lleno, pero teniendo en cuenta que al final te has alimentado sólo de pan... pues cada uno que saque sus conclusiones. Desde luego, para un miércoles que no sabes que hacer es una opción. Aunque NO para una criticona como yo.

e) Y aquí es donde explico por qué no pienso volver a ir.

Érase un miércoles cualquiera, a última hora de la tarde. Quizá podríamos decir que era ya por la noche. A eso de las 9 y media o 10. Y fuimos tres a cenar. Pedimos 12 montaditos, 3 bebidas y una ensalada. Mientras esperabamos fue vaciandose el local de gente, pero aun así seguía habiendo bastantes mesas ocupadas. Tardaban mucho en ponernos lo que queríamos, y era normal, puesto que habíamos pedido mucho. Más de media hora después (alrededor de las 11) nos llaman para darnos el plato.

No habíamos hecho más que empezar cuando viene un tío que parecía ser el encargado para preguntarnos de muy malas maneras que si nos quedaba mucho. Pues hombre... creo que era evidente que acabábamos de empezar. Nos dice "Venga, pues es que teneis que ir terminando porque queremos cerrar ya". Y se pone a limpiar las mesas de al lado.

Ojiplática me quedé. Yo y todos los que estabamos empezando a cenar. No éramos la única mesa. A unos chavales les obligó a tener que ponerlo para llevar porque no quería que lo comieran allí. En hostelería queda muy mal decir eso. Se puede informar al cliente de que ya no toman más encargos porque han cerrado la cocina (y esperar pacientemente a que termine el resto), o se le puede decir que le hacen el encargo pero que a tal hora tienen que irse. Y aun así esto último en un lugar donde no sabes muy bien lo que van a tardar en traertelo tampoco te sirve de mucho (vamos, que no es lo mismo que si pides una caña). Desde luego a nosotros nos pilló completamente por sorpresa.

No termina aquí el asunto y se mete dentro para cambiar la música y poner la canción de "Vamos a la cama que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar." Sinceramente, creo que es de ser un sinvergüenza. Bien daban ganas de poner una hoja de reclamaciones. Y si no hubiera sido porque ya habiamos pagado, habría cogido el plato, lo hubiera estampado contra el suelo dejando todo lleno de grasa y me habría ido sin pagar.

Por otro lado, ese mismo día cuando fui a pedir a caja, la pava que estaba me dijo que le dictara los números para ir más rápido. Y sí, es una tontería, pero yo pago para que me den un servicio y a ella la pagan por hacer eso. Creo que dictar yo los números no es el lugar donde tiene que estar el cliente. 

Así que, cuando terminamos -con toda la calma del mundo- indignados nos fuimos para no volver. Con lo mal que está el país y que haya gente a quien parecen sobrarle los clientes. En fin.

jueves, 21 de julio de 2011

El Palero

¿Conoceis El Palero? Se trata de un centro deportivo y de ocio que se puso de moda hace ya un par de años.


Yo escuchaba maravillas de él, así que quizá hayan sido mis expectativas las que hagan que mi primera crítica sea más negativa que positiva. Iré relatando mis percepciones en orden cronológico.

El trato en recepción es de lo más frío. Te dan cuatro papeles, te piden la documentación y punto. Supongo que no necesitan venderse, su buena fama les ayuda, y que alguien considere que será mejor tratado en otro centro no les afecta en absoluto. No necesitan ganarse al cliente.

Como el precio es atractivo, sigo adelante. 22€ por el mes de Agosto, que me regalen los últimos días del mes de Julio y pillar una oferta en que no es necesario pagar matrícula no es mal plan ¿no?

La chica de recepción me dice que ya puedo entrar. Así sin mas. Parece que tiene prisa en hablar con un musculado enquencle (vaya cuerpo escombro, por cierto, un cuerpo muy tonificado y lo que quieras, pero dan ganas de ofrecerle un cocido).

Yo, que no había ido en mi vida por allí, andaba más perdida que un pulpo en un garaje, y esta mujer se ha limitado a decirme que entre sin orientarme de hacia dónde ir. Por mi cabeza sólo pasaban cosas como "me estáis vacilando" y "os vais a reir de vuestra puta madre". Pero eso es porque yo, como criticona que soy, me gusta que me traten bien. No me gusta que simplemente no me traten mal. ¿entendeis?

Al menos hay carteles que me indican por dónde acceder al vestuario. En ese momento aparece mi faceta más pija y CarmenLomanesca y siento náuseas al entrar y ver a un monton de mujeres desnudas que ¡menos mal! van al gimnasio. Por no hablar del olor y el calor. Mi cara es todo un poema...pero seguiré dando un voto de confianza al sitio este. O al menos intentándolo.

Me cambio intentando no mirar hacia ningún sitio y salgo a buscar la sala de máquinas. Veo una sala llena de tíos sudorosos y 'to ciclaos', los cuales tampoco se diferencian mucho de la gente que sufre ludopatías, alcoholismo y demás adicciones. Digamos que el espíritu saludable brilla por su ausencia, pero creo que eso pasa en cualquier gimnasio, así que tampoco puedo decir nada en contra de El Palero por ello.

Vuelvo a la recepción a ver si preguntando salgo de mi mar de dudas. Al verme, la tía que hablaba con el enquencle me dice que si quiero algo. ¡Cómo que si quiero algo! ¡Obviamente! Me salta con que en la sala hay gente que en la camiseta lleva escrita la palabra monitor.


Qué gente más poco preocupada por su trabajo. Eso de tener que sacar con sacacorchos la información a alguien a quien estás pagando para que te de un servicio no me gusta un pijo. Pero por 22 euros ni voy a quejarme, ni puedo quejarme, como ya he dicho tampoco me parece que sea suficiente dinero como para pedir un trato personalizado y exquisito.

Peeeeero... quejarse es gratis, así que sigo.

En la sala los monitores no llevan escrita la palabra 'monitor'. Sino Técnico, o algo similar. Y por los chándals que llevan bien se pueden confundir con cualquier usuario de las instalaciones. Cuando consigo dar con uno me dice que sin toalla no se puede hacer nada (flipando un colores) y me voy a por ella. Cuando regreso el musculitos ultrabronceado ha desaparecido. Me encuentro con una tía que parece monitora y cuyas habilidades a la hora de tratar conmigo son nulas. Tengo que remarcar que ésta tampoco tiene un aspecto muy saludable, el chándal le queda como un saco y tiene la cara chupada. Sospecho que pueda padecer algún trastorno alimenticio (lo cual es respetable y una putada, pero a mi no me transmite la más mínima confianza verla y dejar que me aconseje)

Me pregunta si tengo alguna lesión y punto. Me dice que haga ejercicio de cardio. Madre mía, ¡se ha matado para pensar! ¡NOO! ¿El primer día de gimnasio voy a hacer cardio? ¿En serio? Suy apellido debía de ser Obvio. Le comento que para ser el primer día quiero algo muy suave. Me manda a unas bicicletas estáticas que no son de sillín, sino de sillón (no es coña). Y ahí, sentada, aburrida como una ostra, me pongo a pedalear 15 minutos. Aprovecho para observar alrededor como es la sala. Es más pequeña de lo que esperaba, y la estética es muy aburrida. Hay bastantes máquinas, y un montón de gente, sobretodo abuelos y abuelas. La verdad es que me siento un poco decepcionada... esperaba algo más vistoso y atrayente. Sin embargo, algo a favor es que las máquinas son muy modernas y ayudan más que los monitores.

Termino, voy a ver si encuentro a la delgadurria y no está en su sitio. Me he percatado de que se escapa en cuanto puede para hablar con el capitán BronceadoCiclado. Paso de más historias.... no pienso intentar hablar con nadie por allí, como ya he dicho, se van a reir de su sombra. A mi esto no me mola por varias razones:

  1. Ni siquiera me han sugerido un calentamiento y un estiramiento inicial
  2. Esas máquinas son nuevas para mí, y lo mínimo es que te expliquen los tipos de máquinas, cómo funcionan, qué partes del cuerpo trabajan y la carga recomendada para mi objetivo. Menos mal que por lo menos son máquinas inteligentes e introduciendo 4 datos calculan ellas mismas el ejercicio a realizar. Bendita ingeniería.
  3. No me ha preguntado qué quiero hacer: perder peso, tonificar...
  4. Si una máquina se jode (cosa dificil, sí, pero no imposible) y no me han explicado su correcto uso, vendrán tocando los cojones. Al menos podré decir que a mi nadie me ha dicho nada. Así que ellos saldrían perdiendo. 

El hecho de que haya trabajadores a la sopa boba, es algo que me desquicia, y podreis ir comprobandolo cada vez que me suceda, porque seguro que vendré a descargar aquí. Me sienta muy mal que haya gente incapaz de hacer un trabajo, y ya no es el hecho de hacerlo bien o mal, nadie somos perfectos. Es la actitud de cara al público: una sonrisa, un trato normal, empeño y esfuerzo. No quedarse como un palo como la tía, o bien mostrar esa prepotencia como el capitan BronceadoCiclado. Me siento impotente.

El resto de lo que he hecho ha sido por mi cuenta. Ni siquiera se han acercado a ver qué tal estaba ni nada, ni a corregirme posturas ni a recomendarme cómo usar la instalación. Pienso que mienten al usuario cuando, en el folleto informativo, sección "Otros servicios", está claramente publicitado Asesoramiento deportivo y Reconocimiento Médico Inicial.


Por las razones antes citadas de que nadie da duros a cuatro pesetas, no voy a quejarme. (Salvo que en los días venideros todo vaya a peor por cualquier otra razón) Lo que tengo claro es que me tengo que buscar yo una tabla de ejercicios por internet o por donde sea, que no pienso volver a intentar hablar con nadie de los que están ahí trabajando y que tengo que tener más cuidado a la hora de entrar al vestuario, no vaya a ser que aparezca ante mí un culo celulítico inesperado. Qué espanto, por Dior.

Criticona

Soy criticona.

Sobretodo con los sitios a los que voy. Siempre tengo alguna palabra para describir mis experiencias en los lugares que piso.

Mi lengua necesita descargar todo cuanto opino de los sitios. Así que de eso tratará este blog =)

Y, como no salgo de Valladolid, hablaré de lugares de esta ciudad. Hablaré bien o hablaré mal, depende de cómo me traten (muahaha) pero lo cierto es que da un poco lo mismo ¿no?


'Nadie' no puede ofender a nadie.