domingo, 21 de agosto de 2011

Me saco la Cabra

¿Qué significa “Me saco la Cabra"?

Se trata de una expresión que utilizo cada vez que salgo descontenta de un sitio. Procede del concepto de hacer el sacrificio de una cabra y, con su sangre, realizar una cruz en la fachada del local al que nunca más volveré a ir. Sí... es una historia un poco desagradable, surgió de un comentario jocoso espontáneo ¡y ya nos quedamos con la historia!

Pues bien, dado que no voy a hacer una entrada para cada sitio que no me gusta porque a veces es un simple detalle lo que hace que descartes un local, aquí va la primera lista de los sitios en los que he tenido que sacar la cabra a pasear:


Cafetería Farigola
Ramón Pradera, 10. 


En este establecimiento se pasan de prepotentes. La conversación que me obligó a plantar una cruz al sitio fue:

-          Qué desean?
-          Un café y un Red Bull
-          No tenemos Red Bull

En este momento una piensa que tienen Burn o sucedáneos, se queda pensativo y nos espeta:

-         Es que aquí no servimos drogas


Me quedé mirando la estantería llena de botellas de whisky, ron y demás. La cafetera, la máquina de tabaco y la tragaperras. Menudo sinsentido  de frase que acababa de soltar. 

-          Esto…. perdone pero su venta es legal y no está claro si es o no droga.
-          Pues informate porque hay países en los que no es legal eh.
-          ¡Como si no lo supiera! pero resulta que estamos en España, y yo quiero consumir algo que es legal y que, sean cuales sean sus perjuicios, asumo las consecuencias. Si no lo tiene, me pido otra cosa, pero no es necesario faltar.
-          Oye oye, relájate que no hace falta que te pongas así, que encima de que te estoy informando. 


Evidentemente, mi cara fue todo un poema. No seguí la conversación porque me parecía absurdo y me pedí otra cosa aunque lo que teníamos que haber hecho era irnos.

Me da igual su opinión, no se la estoy pidiendo y no está ahí para ir dando lecciones. De hecho, dudo mucho de su capacidad para realizar un juicio sobre el tema. Aunque lo mismo él es un caso raro de médico que prefiere dedicarse a la hostelería.... lo dudo muchísimo. En cualquier caso, si no quiere vender algo, que no lo haga. Con decir que no tienen es suficiente. Hacerse el listillo e ir dando lecciones de drogadicción por la vida cuando tienen un local que muchas veces se beneficia del vicio de muchos otros es un sinsentido total.

Claramente este hecho aislado no es para tanto y podemos dejarlo correr, pero estamos en España, a la mínima en 10 pasos me planto en otro bar y santas pascuas. Es lo que tiene ser una criticona.



Taberna San Pedro Regalado
Paseo de Zorrilla, 190 (aprox) 


 
En un día de estos en que tienes hambre pero no te apetece tampoco cenar demasiado, una buena opción es ir de tapeo. Nos hablaron de un sitio barato, con raciones a 3€ y bebidas a 1€ o 1,5€. Mala pinta no tenía, así que allá que fuimos.

Se trata de un sitio nuevo y muy bonito. Al llegar estaba abarrotado tanto en terraza como en el interior, pero aun así había mesas libres. Nos dicen que esperemos a que nos asignen una y mientras tanto nos tienen esperando de pie 5 minutos. Repito: había mesas libres. 

Cuando llega el tío nos pone en la mesa a la que menos llega el aire acondicionado. Un calor de espanto. Nos da la carta y, efectivamente, precios y raciones muy atractivas: queso, embutido, cocretas (facepalm), rabas, morcilla, ensaladilla…. Lo típico.


 
Habíamos elegido y estábamos esperando a que viniesen a tomarnos nota. 15 minutos esperando fueron suficientes para levantarnos de la mesa e irnos sin pedir nada. No se habían olvidado de nosotros, porque cada vez que pasaban cerca nos veían, no es excusa. 

Y es que existen muchos sitios en los que ven a gente joven y se piensan que somos tontos o que no vamos a dejar el suficiente dinero como para tratarnos bien. Pues nada, adiós.




L'Alpe d’Huez
c/ Mateo Seoane Sobral  (Parquesol)

Si quieres un bar en el que te traten como el culo a precio puta, este es tu sitio. El lugar en el que innumerables gilipollas permiten que se rían de ellos con tal de estar en un sitio chuli. Porque sí, eso es lo único que tiene, que el local es una pasada. 

Dos plantas, estética de madera con toques Irish, máquinas de dardos, cafetera nuevecita que hace un café impresionante (de cápsulas), y una pantalla enorme para los amantes del fútbol… y eso es todo amigos. Olvídate de pedir cañas. Los camareros cambian tanto que cuando se van no les ha dado tiempo a aprender cómo servir una caña.Tampoco parece que les de tiempo a aprender a sonreir. 

Eso sí, de dos euros no baja el caldo que te sirven. Refrescos a precios desorbitados. De copas no hablamos ya. Recordemos que no deja de ser un bar de barrio, no es el centro de ninguna ciudad. Si fuese el único bar en 10km a la redonda, preferiría quedarme en mi casa.





Hasta aquí la primera parte de la lista negra de Bares, en próximas entradas, nuevos sitios donde he sacado la cabra a pasear.





Restaurantes asiáticos Wok

Los restaurantes Wok estan proliferando en Valladolid como los restaurantes turcos los hicieron ya hace tiempo (y de los cuales hablaré en otra entrada, tengo para todos!!)

Para quien no lo sepa, se trata de establecimientos de comida asiática en los cuales dispones de buffet libre. En algunos restaurantes tienen más variedad que en otros, y lo de comida asiática es un tanto relativo. Hemos visto hasta una pata de jamón serrano. 

Como opciones básicas que te puedes encontrar tenemos: Arroz tres delicias y tallarines, típico de cualquier restaurante chino. Además, también suelen tener ensaladas chinas y guisos de verduritas con algo de carne, pescado o marisco. Los rollitos de primavera (en distintas versiones) y fritos no faltan nunca. Y algo que es fundamental y que he encontrado en todos es el llamado Maki Sushi.



Hablaré primero del restaurante que más he frecuentado. El Wok Metropolis:

Se encuentra en Arroyo de la Encomienda, junto a Hipercor. La impresión que da desde fuera es impecable.  Según entras te das cuenta de que parece lo que es, un lugar amplio, espacioso y con una decoración muy cuidada. Te preguntan cuántas personas vais a comer y te acomodan en una mesa. Una vez han tomado nota de lo que vas a beber, ya podemos acercarnos a la zona de buffet.

El buffet es grande y organizado. Por un lado tienes los platos preparados, por otro lado la comida cruda que puedes utilizar para cocinar al Wok, y por otro la comida cruda que puedes hacer a la plancha. ¡No hay lugar para equivocaciones!

La variedad de platos preparados es enorme. En fritos hay: gambas a la gabardina, rabas, calamares, pollo, rollitos, patatas, etc. Además de tempura y similares. Tenemos también mejillones con vinagreta, ensaladitas, arroz y tallarines de varios tipos. Seguro que me dejo algo.

En la zona de comida cruda para que la preparen hay verduras, setas, pescado, marisco y carne. Soy una persona de gustos fijos, las veces que he ido he escogido pulpitos, calamares, gambas, todo el marisco que he pillado, setas y algun pimiento. No como nunca carne, pero quienes conozco que la han cogido no han tenido nunca queja.

Una vez escogido lo colocamos sobre una de las barras que hay inmediatamente detrás el mostrador de comida. Si es para hacer al wok, tenemos varias salsas para elegir: agridulce, ostras, curry, soja... (y unas 4 más que no recuerdo cuáles son, estoy un poco indocumentada hoy, ¡lo siento!) Dependiendo de la cantidad de gente a veces hay que esperar bastante y puedes terminar un poco desesperado. Pero quizá sea la única queja, y, de hecho, me atrevo a proponer una mejora que he visto en otros restaurantes: una vez dejas tu plato en cocina, das tu número de mesa y, cuando esté hecho, te lo llevan. Y, mientras, puedes ir degustando cualquier otro de los platos preparados, en lugar de estar de pie esperando. Pero bueno, no se puede tener todo.

Cuando ya no puedes más y tu estómago suplica que pares de comer, es hora de ir a los postres. Es lo que tienen los buffet libre ¿no? He de decir que los postres no resultan muy apetecibles a la vista. Hay muchas gelatinas, yogures, fruta y tartas. Todo preparado con polvos. Y cuando lo coges (por probarlo, claro, lo mismo tu vista te engaña) parece que estás chupando un rollo de mantequilla. Increible. Al final lo mejor es optar por sandía, melón, y algún helado.

Hora de pagar, no hay sorpresas porque a la entrada claramente pone los precios. Dependiendo del día y hora vale diferente, oscilando entre los 8,50 y 12€. (si no recuerdo mal, como ya he dicho hoy vengo algo indocumentada) Lo más caro, las bebidas que van aparte. Pero bueno, creo que era 1,5€ el botellín de agua, así que tampoco es para tanto.

Conclusión: 100% recomendable, aunque lo mejor es no ir demasiado tarde porque, si no, se llena de gente y tardan mucho en el wok y la plancha.



Siguiente restaurante: Wok&Grill en el paseo Zorrilla poco antes de llegar a Vallsur.

He estado una vez y probablemente sea la última que vaya. El local, aunque es grande, lo es sólo a lo largo. Así que la sensación de amplitud brilla por su ausencia. Las paredes y mobiliario son muy oscuros, de tal manera que el agobio es total. El trato inicial es como en el anterior: te preguntan número de comensales y te acomodan en una mesa.

Al sentarte puedes hasta oler la comida de la mesa contígua. Tienen el máximo número de mesas en el mínimo espacio. Sin orden ni coherencia. Da impresión de dejadez y de que tienen interés sólo por sacarte la pasta. Los camareros, que no digo yo que no estén agobiados, parece que te están haciendo un favor cada vez que tratas con ellos. Bordería total.

Con la esperanza de que mejore con la cena te diriges hacia la zona de comida. Y, en ese momento, te dan ganas de preguntar si no se trata de una broma. Hay dos mostradores alargados que están separados el uno del otro aproximadamente medio metro. Imaginad la que se monta cuando hay dos personas pasando por el minúsculo pasillo.

Es cierto que cuando hemos ido era tarde, pero dado que te cobran lo mismo vayas a las 9 que a las 11, lo minimo es exigir la misma variedad. No encontrarte todas las bandejas vacias o con restos.

Soy exigente, y aunque es una putada que te vengan clientes a las 11, cuando consideres que no vas a poner más bandejas, lo minimo es cerrar la entrada y que disfruten de lo que queda los comensales que ya estén dentro del restaurante. No tener el morro de permitir la entrada a más personas aun sabiendo que lo que queda en las bandejas es lo que va a haber para el resto de la noche. Y si no, no monteis un buffet libre, es así de sencillo.

Aunque las bandejas hubieran estado llenas, la variedad de productos es muy inferior al Wok anterior. Por no hablar de que la única opcíon de cocina es a la plancha, de Wok ni hablar. (al menos yo no lo vi, quizá me estoy equivocando) Lo que más me gustó fue que tenían nécoras y percebes. A mí, personalmente me encantan, así que fue una grata sorpresa. Pero no por ello desempaña el fiasco de buffet libre que tienen.


12€ nos sablaron por persona sin contar la bebida. Una se queda con ganas de pedir la hoja de reclamaciones. El trato ha sido de lo más ruin, no he salido nunca de la sensación de que están ahí para robar al cliente. Nunca más.



Y por comentar algún otro restaurante, he ido a otros dos:

Wok Asiático Parquesol en la calle Manuel Azaña, 22 y el Wok&Roll en Macías Picavea, 7. He ido una vez a cada uno, están entre uno y otro de los que he hablado antes. No tan bien como en el Metrópolis pero desde luego no se parecen tampoco al Wok&Grill.


La gran desventaja del de Parquesol es la gran afluencia de gente con más cara que espalda, que pueden llegar a ser molestos, puesto que van ciento y la madre con 50 churumbeles y al final es un coñazo. No es que no los respete, se trata de que la gente escandalosa es algo que procuro evitar. Por no hablar de que se les ha visto con tuppers y fiambreras. Eso, mientras a mí no me deje sin comida, no es de mi incumbencia, pero si suceden cosas como que las bandejas están vacías es algo que, permítanme, me toca los cojones.



En el wok del centro la variedad de comida china es muy grande, el sitio es amplio y de precio no difiere mucho de los otros, a pesar de estar en el centro. Como ya he dicho, he ido sólo una vez y hace mucho. No guardo mal recuerdo, pero no dispongo de información suficiente para elaborar una crítica coherente.